¿Es necesario esperar a que el pediatra nos derive? No tenemos la costumbre de consultar por la salud bucal de nuestros chicos durante su desarrollo ni desde su nacimiento.
Desafortunadamente, el pediatra por lo general tampoco está familiarizado con este tipo de derivaciones a menos que las alteraciones bucales sean demasiado marcadas y aun así muchas veces no se los envía consecuentemente. Desde el nacimiento llevamos a nuestros hijos al pediatra, por qué no llevarlos al odontopediatra? Una visita anual es lo que se recomienda desde los primeros años de vida del mismo modo que los llevamos a sus chequeos médicos para cuidar el resto de su cuerpo.
La dieta, el equilibrio de su mordida-función bucal, el control de infecciones en sus tejidos y dientes son fundamentales para integrar la salud completa de todo su organismo y preservar todas sus estructuras. No sólo una mancha o dolor es una señal para pensar en el odontopediatra, cuestiones como los hábitos, la pronunciación de ciertas letras o palabras, desequilibrios en su mordida o malposiciones en sus pequeños dientes son muchos otros signos que nos pueden ayudar a sospechar sobre la importancia de evaluar el estado bucal de nuestros niños.
Un control periódico anual nos puede ayudar a no sólo prevenir alteraciones futuras, sino además a mantener la salud instalada con tratamientos simples, cortos y que no provocarán temores a futuro como es una atención más invasiva.
Dra. Carolina Cáceres
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